ESCULPIR EL BORDE DEL MAR DE ÁLVARO SIZA A CARLOS FERRATER (II)
En la primera parte del artículo escribíamos sobre el borde del mar e intervenciones esculpidas entre la tradición y la vanguardia. Cabe destacar que no solo se construye un borde marítimo de la arena hacía el mar, sino que el dialogo con la trama urbana es un enlace primordial en la constitución de una función adecuada. Proyectos generados mediante una gradación de diversos tapices que se van entrelazando, consiguiendo una transición integradora. La franja construida que esculpen los paseos marítimos son la pieza fundamental para la salida de la trama urbana hacía el borde costero. Estas intervenciones en el paisaje catalizan la topografía y conectan cotas dispares, alejadas de establecerse en una suave llegada hacía la arena de la playa.
Surgidos como transición de la naturaleza a lo construido, estas propuestas paisajísticas abordan la problemática de la dureza de lo artificial enfrentado a la delicadeza de lo natural. Los lugares de paseo y disfrute marítimo, a diferencia que el borde entre la costa y el mar, se encuentran conectados a un trabajo material que diluye la levedad de la arena y la potencia del frente construido.
CONECTANDO EL MEDITERRÁNEO CON LA CIUDAD
El barrio marinero de la Barceloneta está compuesto por una trama ortogonal en posición paralela a la avenida Juan de Borbón. Este entramado modernista acoge plazas que airean sus encajadas calles y lanzan hacia el mar a sus viandantes, finalizando estas con una dimensión similar en todo su borde. A través de un paseo por el barrio, es fácil de entender la problemática con la que se encontraron los arquitectos encargados de redactar y dirigir el proyecto del nuevo borde marítimo, poniendo en relación este histórico barrio portuario con la arena del mar.
Una de las primeras cuestiones fue enfocar la movilidad del tráfico rodado, como abordar el testero de las calles. Una de las grandes dificultades fue el tratamiento de la “no perpendicularidad” de las mismas. Esta situación espacial, lejos de ser una problemática, dio lugar a una solución muy fructífera. Al posicionarse la parte frontal de los edificios en 60 grados respecto a la línea del mar, el espacio generado al peatonalizar y prohibir el paso del vehículo al borde, hizo descubrir una gran diversidad de plazas que aumentaron el espacio público y consiguieron una gradación de capas de gran calidad.
La intervención en el paseo se produjo gracias a la liberación de terrenos ocupados por baños, merenderos y clubes deportivos. Esta situación surgió en el año 1994, permitiendo de nuevo una vuelta a los orígenes de la relación del barrio con el mar. Un proyecto transformador en el que se realizó un estudio de la continuidad con el anterior paseo de 1959 y la conexión con lo urbano, provocado mediante el tratamiento del espacio público y la potenciación de su trama con la misma direccionalidad que sus edificios.
ENTRE HORMIGÓN Y ARENA: EL PASEO MARÍTIMO DE BENIDORM
El paseo marítimo de Benidorm fue concebido para dar respuesta al mal estado de la continuación del mismo. El encargo, llevado a cabo por la oficina barcelonesa OAB dirigido por el Arquitecto Carlos Ferrater, ya mostraba sus primeras intenciones a través de diversos bocetos que plasmaban el dinamismo de las olas a través de una formalidad orgánica. La estrategia proyectual genera una continuidad de capas que, fase a fase, han ido adaptando una nueva transición entre la ciudad construida y el espacio natural. La primera capa responde a una necesidad de sustento, una estructura curvada con numerosos puntos volados que se funden en hormigón armado blanco. Sobre ella, descansa un manto de cerámica circular con una gradación de tonalidades y texturas como antesala de la última capa, donde el mobiliario urbano y la vegetación terminan de acoplar todo el paseo.
El proyecto responde a un minucioso trabajo de integración paisajística soportado por una técnica que aborda la modulación, un trabajo de fractales y la naturaleza como elemento a cuidar. Este respeto por el mar, es un gesto que se plasma mediante la ganancia de espacio para la arena en una superficie antes colonizada por el antiguo paseo y que ha sido devuelta a la naturaleza.
EL BORDE MARÍTIMO Y LA CIUDAD
El tratamiento de los bordes naturales mediante el encuentro de lo artificial de la ciudad y lo natural del mar requiere de una gran adaptación a cada lugar. El trabajo de la escala, la materialidad, la formalidad y el espacio público, hacen de proyectos como las piscinas de Álvaro Siza en Leça de Palmeiras o el paseo marítimo de Benidorm, propuestas que consiguen espacios renovados y recuperados para el ciudadano. En definitiva, paseos que se asimilaban como una potente barrera, se reinventan y convierten en lugares construidos para el paseo y el disfrute de las personas.
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Autor artículo: Carlos Armenteros arquitecto y director del estudio Carlos Armenteros Arquitectura.