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¿Cómo garantizar la calidad de una reforma con cerámica?

Reforma de calidad, ¿cuáles son los requisitos de la cerámica?

La calidad de los revestimientos cerámicos depende de la conformidad con los siguientes requisitos generales:

Regularidad dimensional: incluye las características de planitud, ausencia de cejas, nivelación (para pavimentos) y aplomado (para paredes).

Uniformidad del aspecto superficial (monocolores, destonificados intencionados, etc.)

Durabilidad: incluye la capacidad de absorción de tensiones (adecuado diseño de juntas de movimiento, entre otros factores), la resistencia a la abrasión, la resistencia mecánica y a las manchas, la resistencia química y la resistencia a la helada.

Seguridad: incluye características como la resistencia al deslizamiento y la reacción al fuego del revestimiento.

 

NOTA.- La norma UNE-EN 14411 establece en su anexo ZA que las baldosas cerámicas son de clase A1 o A1FL de reacción al fuego.

 

Otras características, como la impermeabilidad, el aislamiento térmico y acústico, el aislamiento al ruido de impactos, se consideran prestaciones especiales del sistema cerámico.

 

El cumplimiento de los requisitos generales y específicos determinados para el revestimiento dependen de una suficiente especificación en el proyecto, una colocación conforme con la especificación de proyecto y con las normas de la buena práctica constructiva, y con la realización de los correspondientes controles de recepción de productos, de la ejecución y del revestimiento terminado.

 

¿Cómo conseguir los requisitos de regularidad?

 

 

En función de la regularidad dimensional que se encuentre se debe proceder a la realización de diferentes métodos para solventar los posibles desajustes en el revestimiento cerámico terminado.

 

Planitud: Aplicable a los alicatados, aplacados y pavimentos.
– Método en caso de desviación negativa: Colocar una regla de 2 m sobre dos soportes de 3 mm de altura en ambos extremos de la regla. Medir la distancia máxima “X” entre la superficie y la regla. La desviación obtenida debe ser el valor X-3, expresado en mm.
– Método en caso desviación positiva: Colocar una regla de 2 m sobre dos soportes de 3 mm de altura en ambos extremos de la regla. Medir la distancia mínima “X” entre la superficie y la regla.

Desviación de nivel (ceja): Aplicable a alicatados, aplacados y pavimentos.
– Método: Regla de 2 m de longitud apoyada sobre las juntas. Colocar la regla sobre
el acabado, apoyada sobre la parte de la ceja y nivelada con la baldosa. Medir la
desviación de nivel entre las baldosas adyacentes con una galga calibrada.
– Tolerancia: máximo 1 mm, si la junta de colocación es menor de 6 mm; ó máximo 2 mm, para juntas de igual o mayor anchura.

Nivelación: Aplicable a pavimentos sin pendientes intencionadas.
– Método: utilizar cualquier tipo de nivel (de agua, óptico, láser, etc.)
– Tolerancia: ± L/600, donde L es la distancia en mm entre los puntos fijados.

Aplomado: Aplicable a alicatados y aplacados.
– Método: Regle con nivel
– Tolerancia = ± h/600, donde h es la altura del alicatado, en mm.

 

Anchura y alineación de las juntas: Aplicable a alicatados, aplacados y pavimentos.
– Método: En zonas en las que se observe defecto de alineación se debe proceder, en paños aleatorios, a medir las desviaciones del lado de las baldosas respecto al eje del rejuntado adyacente, este eje se debe tomar como referencia mediante hilo tensado de longitud igual al 80% de longitud del pavimento o pared del recinto, hasta un máximo de 10 m. Tolerancia: la desviación máxima admisible es de ± 3 mm.

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