¿Por qué son necesarias las juntas de dilatación?

Tipos de juntas de dilatación y su importancia
– Estructurales: Son la continuidad en el sistema de recubrimiento cerámico, de los encuentros previstos por los soportes y estructuras. Por tanto, deben respetarse en toda su profundidad y anchura, involucrando a todas las capas que constituyen dicho sistema.

 

– Perimetrales: constituyen la separación del recubrimiento cerámico de los elementos constructivos (cerramiento, partición) que se le interponen. Su función es permitir la movilidad del recubrimiento cerámico, a la vez que impide que los movimientos de esos elementos le influyan.

 

– Intermedias: Son las subdivisiones del recubrimiento cerámico en paños de superficie más pequeña, con el objeto de que cada uno de ellos pueda tener un buen comportamiento dentro del conjunto. La suma de buenos comportamientos individuales reduce significativamente la posibilidad de producirse un mal comportamiento conjunto del recubrimiento.

 

En las viviendas por lo general se instalan las juntas perimetrales e intermedias tomando en consideración los siguientes criterios:

 

– Perimetrales: cuando la superficie sea inferior a 10 m2 pueden suprimirse por motivos de higiene, impermeabilidad o estética, pero en ese caso, las baldosas deben quedar a una distancia de 5 mm del elemento constructivo. En el resto de situaciones la anchura mínima de la junta será de 6 mm y una profundidad, al menos, hasta la capa de separación.

 

– Intermedias: cada 8-10 m lineales. Profundidad hasta la capa de separación. En suelos con calefacción radiante, definiendo cuadrículas de 25 m2, o cada 5 metros lineales. Un recubrimiento cerámico es, en realidad, un sistema constructivo constituido por varias capas. El más simple es el formado por una capa de baldosas (la parte más exterior), y otra de adhesivo o material de agarre, que permite la adherencia directa de estas al soporte. Pero puede haber otras capas: reparto de cargas, desolidarización, aislamiento térmico, impermeabilización… Cuantas más capas, más complejo es el sistema.

 

La necesidad de las juntas de dilatación cerámica

La labor de la junta de movimiento es la de absorber los efectos derivados de la interacción entre estas capas y el soporte o la estructura, para evitar el daño en el recubrimiento cerámico.

Al instalar un pavimento cerámico en un espacio exterior queda sometido a un proceso de dilatación (cuando se calienta por efecto del sol) y de contracción (cuando se enfría al caer la noche y empieza a descender la temperatura ambiente). Estos procesos de dilataciones y contracciones son invisibles al ojo del hombre, pero producen movimientos en las baldosas que con el tiempo provocan levantamientos. Cuando las superficies son grandes y las diferencias de temperatura también, el suelo no tiene otra salida que dilatarse hacia arriba, aparecer fisuras e incluso despegarse de la solera.

 

La junta de dilatación es la solución constructiva que facilita que el suelo tenga espacio para dilatarse y no se agriete o levante. Es como la pequeña zona que le dejamos para que se ensanche tranquilo y no tenga que levantarse y despegarse. Hacer una junta de dilatación es muy simple: sólo se tiene que dejar un espacio libre (entre 2 y 10mm depende el caso) para que el suelo pueda agrandarse. Este espacio puede ser rellenado con un material elástico de silicona que absorbe los movimientos. Otra opción serían las varillas que se colocan en el  pavimento y que tienen un material elástico que  cumple la función de aceptar los movimientos.

 

 

En última instancia hay que dejar la junta libre, es decir vacía, pero no es recomendable. Otro tipo de junta es la de movimiento, que son discontinuidades o interrupciones del sistema de recubrimiento cerámico (alicatados, pavimentos), que afectan normalmente a toda la sección o conjunto de capas que lo componen, y cuya función es la de absorber las tensiones debidas a movimientos diferenciales del propio sistema, o del soporte en el que se asienta.

 

 

Las mismas se rellenan con un sellador de elasticidad permanente. Hay que tener cuidado con no confundirlas, muchas veces, cuando se habla de
juntas de dilatación normalmente se hace referencia a las juntas de movimiento.

 

Para juntas perimetrales, en situaciones normales, la anchura mínima de la junta será de: 6 mm

 

Para juntas intermedias, en suelos radiantes, deben ir cada 5 m lineales o por cuadrículas de: 25 m2

 

Como dice el dicho “Es mejor prevenir que lamentar”, por eso a la hora de querer realizar un trabajo como este en una vivienda es muy importante consultar con un especialista en la materia. Pero también es relevante el mantenimiento del solado. Merece la pena transmitir la importancia del mantenimiento al cliente mediante consejos como: utilización de productos que no contengan ácidos o componentes que puedan deteriorar los productos selladores para que de este modo las juntas de dilatación duren más tiempo.



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